Andrew, un niño alegre, amante de los osos y de su bicicleta, le gustaba jugar con sus vecinos y hasta hace unos días su sueño era convertirse en policía, sueño que fue apagado por su hermano de 11 años quien le quitó la vida.
El hecho ocurrió en Martinsville, Indiana, según medios de comunicación todo inició con una llamada telefónica al 911, “alguien le disparó a mi hermanito” eso decía una voz joven y nerviosa, cuando el operador comenzó a preguntarle por los detalles, el niño contestó que no sabía que había pasado y que su hermano de seis años estaba sangrando en el baño.
Al llegar al lugar, la policía encontró a Andrew con un disparo en la cabeza, lo llevaron a un hospital pero no le pudieron salvar la vida, el reporte de la policía aseguró que dijo que el hermano mayor de Andrew tomó la pistola de su mamá y le disparó muy de cerca, no se ha querido dar a conocer las razones del asesinato, pero muchos señalan que fue una manera de llamar la atención de su mamá.
Un vecino declaró que la mujer nunca estaba en casa, en el barrio la ubicaban por su mal carácter y las constantes peleas con su novio por lo que el niño estaba desesperado… ¿cómo habría que castigar a este niño con un hogar roto?
Este 26 de julio se tomará la decisión del castigo del que ahora es llamado el asesino más joven de Indiana.
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